Fajã dos Cubres – Isla de São Jorge

Una de las paisajes más exuberantes de la Isla de São Jorge es la famosa Fajã dos Cubres. Santuario de la vida animal, principalmente de algunas especies de aves marinas, la Fajã de Cubres se encuentra en la costa norte de la Isla de São Jorge, una de las más bellas del archipiélago de los Açores.

El nombre de fajã está relacionado con una planta muy abundante en la región, cuyas flores pintan de amarillo toda la ladera.

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Además de la vista deslumbrante, admirada desde el mirador de la Fajã dos Cubres, la Lagoa dos Cubres también es una de las principales atracciones de la región, además de servir como fuente de camarones que son utilizados como cebos por los pescadores locales.

Vista sobre a Fajã dos Cubres
Vista sobre a Fajã dos Cubres
Fotografia de Carla Dias

El acceso se realiza por una carretera asfaltada, esculpida en la roca, lo que hace que la aventura sea aún más espectacular, y en la región, el contacto con las aves marinas es intenso, siendo posible observarlas en su hábitat natural y seguir su ciclo reproductivo.

Desastres naturales y religiosidad marcan la Fajã dos Cubres

La pequeña población residente en la Fajã dos Cubres ha aprendido, a lo largo del tiempo, a convivir con desastres naturales, principalmente terremotos. En 1757, la comunidad fue totalmente destruida por un sismo. Reconstruida, la pequeña villa volvió a sufrir con un nuevo terremoto en 1980, que trajo numerosos perjuicios.

Estas dificultades hicieron emerger la religiosidad del pueblo local, que dedica anualmente una grandiosa fiesta a Nuestra Señora de Lourdes, y también se cree en el poder curativo de las aguas que rodean la capilla local, lo que atrae a muchos peregrinos y devotos.

Este pueblo acogedor y valiente recibe a los visitantes con los brazos abiertos y ofrece platos típicos específicos de la región, lo que, sumado al paisaje deslumbrante, convierte a la Fajã dos Cubres en uno de los destinos más impresionantes y rústicos de todo el archipiélago. Una verdadera inmersión en la naturaleza y una experiencia sensorial única y extremadamente placentera.